¿Por qué los rasta son buena onda, pacifistas? pero también antisistema?
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La imagen del rasta muchas veces se reduce a clichés: el porro, la música reggae, la sonrisa relajada. Y aunque todo eso puede tener algo de cierto, quedarse solo con esa postal es no entender nada. Los rastas no son solo buena onda: son buena resistencia.


La paz no es resignación

El rastafari no busca el conflicto, pero tampoco lo evita cuando se trata de defender su dignidad. La paz no es sumisión. La no violencia en la filosofía rasta es una forma de resistencia activa: una negativa rotunda a participar de un sistema que esclaviza, contamina, explota y destruye. Ser pacifista no es mirar para otro lado, es decir ?yo no juego ese juego?. No se trata de resignarse al mundo como está, sino de imaginar uno nuevo.

Una sonrisa con mensaje

¿Son buena onda? Sí. Pero no por ingenuidad, sino porque eligieron la alegría como forma de rebelión. Porque mientras el sistema te entrena para competir, para consumir sin parar y para vivir con miedo, el rasta elige compartir, cultivar y confiar. Y eso descoloca. El rasta incomoda, porque su paz no es pasiva. Su paz es postura.

Antisistema desde las raíces

Los rastas no siguen la moda: la cuestionan. No buscan encajar: buscan autenticidad. No repiten lo que ven en la tele: lo discuten. La vida rasta es sencilla, sí, pero no simple. Es una elección política, espiritual y cultural. Es decirle no a Babilonia ?ese nombre con el que se bautiza al sistema opresor, colonialista, racista, clasista y violento que todavía domina el mundo?. Es no aceptar la mentira de que hay que vivir apurados, enfermos y endeudados.

La revolución es natural

Por eso el rasta es pacífico pero no pasivo. Es buena onda, pero no boludo. Puede tener una sonrisa enorme y una mirada afilada. Puede darte un abrazo, pero también un discurso que te sacuda. Porque su causa es profunda: defender la naturaleza, la humanidad y la libertad. Y hacerlo desde un lugar real, no desde un escritorio.

Por eso cuando veas a un rasta, no pienses solo en un peinado. Pensá en una trinchera que eligió florecer.


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22 de Junio, 2025

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