El mundo no deja de sorprendernos con historias que, si te las cuenta un amigo en un fogón, pensás que está exagerando? o que también se comió unos hongos. Pero esta vez fue real: un piloto estadounidense, bajo los efectos de hongos alucinógenos, protagonizó un vuelo que no olvidarían ni él ni sus 83 pasajeros.
El hombre, que no estaba piloteando el avión en ese momento pero sí formaba parte de la tripulación, decidió "ver si podía despertar del mal viaje"? apagando los motores del avión. Sí, como si fuera una consola de PlayStation que no respondía. "Apagué todo para ver si seguía soñando", declaró luego.
Por suerte, los pilotos reales (los sobrios) lograron restablecer el sistema y el avión aterrizó sin víctimas. El protagonista del episodio fue detenido y enfrenta cargos por intento de interferencia con una aeronave. Lo más loco es que no lo hizo con intención de dañar a nadie. Estaba atrapado en un mal viaje existencial, donde el cielo parecía más pesadilla que libertad.
Este caso no es solo un meme viviente, también es un recordatorio: los viajes más intensos no necesitan motor. Y si vas a apagar algo, que sea el celular, no un avión.
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Conclusión rasta:
Volar está bueno. Volar la mente también. Pero si vas a hacer ambas cosas a la vez, asegurate de no estar al mando de nada que no sea tu propia conciencia.
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