Desde Jamaica para el mundo, una semilla de resistencia.
El rastafarismo nació en la década del 30 en Jamaica como un movimiento espiritual, cultural y político. Su origen se entrelaza con la figura de Marcus Garvey, líder afrodescendiente que predicaba el regreso a África como tierra prometida, y la coronación de Haile Selassie I en Etiopía, considerado por los rastas como la encarnación de Dios en la Tierra (Jah).
Esta filosofía es mucho más que reggae y dreadlocks: es una forma de vida basada en la conexión con la naturaleza, la justicia social y la búsqueda de la paz interior. La bandera rasta con sus colores rojo, amarillo, verde y negro simboliza la sangre derramada, la riqueza de África y la fertilidad de la tierra.
Hoy, el rastafarismo sigue vivo como un recordatorio de lucha contra la opresión y la desconexión del sistema. Cada dreadlock tejido es un manifiesto de libertad, identidad y espiritualidad.
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